TERAPIA ASISTIDA CON ANIMALES Y NIÑOS CON TRASTORNOS DE DEFICIT DE ATENCION E HIPERACTIVIDAD.
Buscando información sobre las TAA, he encontrado este artículo que me parece muy interesante de Miguel Ángel Signes Llopis, Experto en problemas de comportamiento, modificación de conducta, Asesor y Terapeuta canino certificado por AEPE en el Curso Máster de Etología Canina Avanzada.
Hart (2.003): “Los efectos calmantes de los animales son especialmente valiosos con los
niños que muestran alteraciones de falta de atención e hiperactividad y trastornos de
conducta y han servido de base para intervenciones terapéuticas. Una amplia serie de
estudios en un entorno educativo ha mostrado que los animales atraían y mantenían la
atención de los niños y dirigían su atención al exterior (Katcher & Wilkins, 1.997). Calmar
a los niños fue un primer paso esencial. Una vez que su atención había sido movilizada y
dirigida hacia fuera, la agitación y las agresiones disminuían, mejorando el entorno
educativo. Las mejoras en la conducta se generalizaron a otras situaciones pedagógicas,
pero no a todas”.
Sabemos que los niños y los adolescentes con Trastornos Déficit de Atención (T.D.A) e
Hiperactividad (H) tienen problemas psicosociales y suelen mostrar: impulsividad,
agresividad, impaciencia, trastornos conductuales, falta de tacto en el trato con otras
personas, búsqueda de sensaciones nuevas por lo que suelen adoptar comportamientos de
riesgo, conductas desafiantes, baja autoestima, problemas en la atención, concentración,
aprendizaje y en el rendimiento; lo que provoca fracaso escolar y conflictos en las relaciones
interpersonales, entre otros problemas.
También estos niños y adolescentes suelen tener ansiedad, estrés y depresión y un animal de
compañía tiene un impacto directo tanto en la respuesta psicológica como en la fisiológica,
reduciendo estas sintomatologías. Friedmann (2.003) dice a este respecto: “la observación
implícita o el estar en presencia de animales tiene un impacto directo tanto en la respuesta
fisiológica (Friedmann et al., 1.983b) como en la salud psicológica: menor ansiedad
(Sebkova, 1.977) y menos depresión (Holcomb et al., 1.997)”. Serpell (2.003) dice respecto
al estrés: Los animales de compañía pueden proporcionar a las personas una forma de
apoyo social que reduce y amortigua el estrés (McNicholas & Collis, 1995; Serpell, 1996;
Siegel, 1990).
El acariciar a un animal es beneficioso para la salud y el bienestar de una persona ya que la
calidad de relaciones sociales dependen en gran parte del tacto. Las sesiones de Terapia o
Educación son una gratificación táctil, con valor terapéutico, tanto para la mejora de la salud
psicológica como en la física. Fine (2003): “Baun et al. (1984) opinan que los animales
poseen un efecto tranquilizador sobre las personas y reducen su nivel de excitación. Los
datos de su estudio relacionaron el contacto táctil con un perro con bajas presiones
sanguíneas inducidas experimentalmente”.
Los Objetivos a alcanzar en las sesiones de Educación o Terapia Asistida con Animales con
este colectivo, son entre otros, los siguientes:
- Mayor motivación, atención y concentración en su entorno inmediato.
- Incremento en la motivación frente a actividades como la lectura, el aprendizaje y el
- trabajo en equipo, mejorando la capacidad para seguir instrucciones.
- Reducción de la impulsividad y la agresividad.
- Mejora de la autoestima y la autodisciplina.
A los animales de compañía y para alcanzar los objetivos anteriores, se pueden aplicar en
las sesiones de Educación o Terapia de las siguientes maneras:
- Como Fuente de Tranquilidad y Atención.
Serpell (2.003): “Los animales pueden inducir un estado de relajación inmediata,
psicológicamente tranquilizador, por el simple hecho de atraer y mantener nuestra atención
(Katcher et al., 1983)”.
Los animales de compañía son de gran utilidad ya que atraen y mantienen la atención de
niños o adolescentes con T.D.A.H, llegando a mejorar el entorno educativo y terapéutico. Es
más, la atención dirigida hacia un perro, se asocia a una inhibición del comportamiento del
niño y/o adolescente, ya que éste no sabe, ni puede predecir, que va ha hacer el animal.
Katcher y Wilkins (2.003) dicen a este respecto: “La atención dirigida a los animales se
asocia con una inhibición del comportamiento porque el niño no sabe que va ha hacer el
animal. El animal constituye un estímulo que presenta novedades constantes. La inhibición
del comportamiento crea un espacio de tiempo durante el cual el niño puede formular
preguntas acerca del animal. El animal crea una “necesidad de saber” o una curiosidad
que solo puede ser satisfecha si el niño formula las preguntas adecuadas”.
- Como Objeto transicional.
El utilizar a un perro como objeto transicional puede convertirse en una defensa muy efectiva
contra el estrés, la ansiedad y la inseguridad, siendo éste para el niño y/o adolescente una
forma segura e inocua de reducir estos síntomas. Es más, un animal “les abre la puerta”
facilitando la expresión de sentimientos y explicándole experiencias que no le han contado
al Terapeuta.
También usando a un perro como objeto transicional se puede trabajar con los niños y los
adolescentes: la atención, la concentración, el fomento de la autodisciplina, el aumento de la
autoestima, la sensibilidad, el amor sin propiedad, el compartir vivencias y posesiones, el
área socio emocional, el reforzamiento lógico matemático, la capacidad de cálculo
matemático y el asociar números a cantidades; el respetar turnos y el seguimiento de
instrucciones; programas de lectura y dicción, entre otras múltiples aplicaciones.
- Como Elemento no Amenazador y Compañero de Juego.
Para que el tratamiento sea más efectivo es bueno disponer de un marco en el que el niño o
adolescente no se sienta amenazado o desafiado. Sabemos que los animales son menos
desafiantes que los humanos lo que permiten mejorar su habilidad de relacionarse sin
amenazas. Seguidamente, es más fácil que trasladen su interés hacia otros seres vivos, como
el educador o terapeuta, lo que facilitará la comunicación entre ambos, haciendo el animal de
“lubricante social”. Katcher y Wilkins (2.003) dicen a este respecto: “Puesto que la http://www.voraus.com
presencia del animal dirige la atención del niño hacia el exterior, reduce el nivel de
excitación y permite que el niño perciba con más precisión el comportamiento de los
terapeutas y otros niños, inhibiendo de esta manera la utilización de los prejuicios negativos
acerca de la intención del terapeuta. Esta tendencia favorecía el desarrollo de una red de
atribuciones positivas hacia el animal, el personal relacionado con los animales y los otros
niños”.
En cuanto a la utilización de un animal como compañero de juego, sabemos que es más
efectivo que los juegos o juguetes tradicionales ya que al ser un ser vivo provoca una gama
de reacciones más amplia; así como, es capaz de proporcionar mucha interacción. Katcher y
Wilkins (2.003) dicen: “La manera de jugar de los niños TDAH y trastornos de conducta
tienden a hacer atribuciones negativas acerca de sus compañeros, sus padres y los adultos,
proyectando hostilidad y justificando su propio comportamiento agresivo. La gente
relacionada con los animales es percibida de forma positiva, y al introducir los animales en
la terapia existe una mayor interacción positiva entre el paciente y el terapeuta”.
- Como Potenciador del Aprendizaje.
Ruckert (2.007): “En el curso de mis investigaciones y entrevistas, he comprobado que entre
los animales y los niños se forma un vínculo especial que contribuye a un aprendizaje
saludable. Desde el momento en que el niño o la niña se encuentra con el animal, éste le
servirá de maestro, amigo y terapeuta”. También Melson (1.990) nos dice que un perro es
beneficioso para el desarrollo del niño.
Sabemos que un animal de compañía no solo modifica el entorno educativo y terapéutico
sino que además, en niños con T.D.A.H., les puede ayudar a aprender nuevas habilidades y a
reducir los problemas de comportamiento. Burch (2.003) dice a este respecto: “Además de
ayudar en el aprendizaje de nuevas habilidades, la presencia de animales en entornos
terapéuticos puede ser útil para reducir problemas de conducta de los pacientes”.
En un niño con problemas de comportamiento el hecho de realizar una actividad encaminada
a cuidar, alimentar, cepillar o prepararle la cama a un perro, no solo aumenta la autoestima,
fortalece la socialización y desarrolla la empatía; si no que estas actividades son las
adecuadas en el tratamiento de personas con un comportamiento antisocial, un pobre sentido
de la responsabilidad y un bajo nivel de autoestima. Katcher y Wilkins (2.003) dicen: “La
competencia conseguida a través del dominio del miedo, el aprendizaje de los
comportamientos necesarios para cuidar a los animales y el incremento de la habilidad para
experimentar una interacción social gratificante con los animales, con el personal y con
otros niños, aumentaría la autoestima y la probabilidad de que el niño deseara aprender en
otros contextos”.
Además, es aplicable en niños en los que el habla controlada no está bien desarrollada,
pudiéndose utilizar un perro para potenciar el aprendizaje. El niño le daría órdenes y el
animal las cumpliría (siéntate, échate, vete a tu sitio, saluda, tráeme la pelota, etc.). Katcher y
Wilkins (2.003) dicen: “Descomponiendo el proceso de aprendizaje en unidades en las que
el educador explica y muestra cómo actuar, se ayuda al niño a desarrollar una capacidad
para el habla controlada que es la guía del comportamiento moral y favorable a la
resolución de problemas en los niños normales (Vygostky, 1986)”. http://www.voraus.com
Un ejemplo de la utilización del perro como modelo lo podríamos obtener cuando tratamos
de fomentar la autodisciplina en el niño o adolescente. El simple hecho de adiestrar a un
perro en la obediencia hace que perfeccione su capacidad de autodisciplina, además de
fomentar la concentración y la seguridad.
También en un niño que fracasa por falta atención y concentración en la realización de
ejercicios matemáticos. Con un perro se puede trabajar esta área como modelo, realizando el
siguiente ejercicio matemático: En una pared de la sala se ponen los número del 0 al 9 y los
signos de la suma (+), resta (-), división (:) y multiplicación (x). Se le pregunta al niño que
quiere que calcule el perro. El niño, por ejemplo, le contesta que quiere multiplicar 25 por
4. El perro le dice al niño el resultado, 100, tocando con el hocico los números, 1, 0, 0.
Seguidamente, es el animal, tocando mediante el hocico, el que le dice al niño el cálculo que
tiene que hacer. Si el niño se equivoca, el perro le puede ayudar hasta lograr el fin, que el
niño realice correctamente el cálculo. http://www.voraus.com
Al Canis Familiaris también se le puede utilizar como modelo para trabajar con niños que tengan
problemas de lectura. Aquí tenemos a Airon “leyendo una revista”
Como Cómplice.
Con estos niños se puede utilizar al animal como cómplice. Por ejemplo, en el ejercicio
matemático anterior el/la terapeuta les puede pedir que hagan uno o dos cálculos juntos. El
niño dice los resultados y el perro los marca con el hocico.
Otro ejemplo sería que el niño y el perro han estado jugando con unas pelotas. Una vez
finalizan el juego, al niño y al perro se les puede pedir que las guarden en un cajón. Ambos
participan en el seguimiento de instrucciones habiendo una complicidad entre ellos.
- Como Reforzador de Conductas.
Con este colectivo de niños utilizando a un Canis familiaris como reforzador de conductas se
pueden trabajar muchos aspectos: la atención, concentración, bajada de la ansiedad, aumento
de la autoestima y confianza en sí mismo, la autodisciplina, el seguimiento de instrucciones,
entre otros.
En un niño hiperactivo que ya tiene interés por el animal y quiere jugar con él; el terapeuta,
antes de iniciar el juego, puede pedirle que permanezca sentado durante un tiempo y de este
modo trabajar la tranquilidad y el seguimiento de instrucciones.
Por otra parte, en un niño con T.D.A., si el objetivo es trabajar el mantenimiento de la
atención durante un tiempo, la concentración, la responsabilidad y el aumento de la
autoestima, se le podría asignar la tarea de alimentar al animal, rellenando un juguete http://www.voraus.com
interactivo del perro con bolitas de pienso y que una vez ha finalizado de rellenar, se le da al
perro para que saque las bolitas de su interior. El perro al tocar el juguete con la pata o el
hocico hace caer las bolitas de pienso y se las come, reforzando la conducta del niño.
En definitiva, la utilización de animales de compañía, especialmente el Canis familiaris,
como herramienta al servicio del Educador/a o Terapeuta potencia el aprendizaje, modifica
el entorno educativo y terapéutico y facilita que se logren los objetivos más rápidamente,
Resultando especialmente útil en niños con Trastornos Déficit de Atención e Hiperactividad,
mejorando su calidad de vida y su integración social.
Bibliografía
Cusack, O. (2.008): Animales de Compañía y Salud Mental. 2ª Edición. Fundación Affinity.
Fine A. H. (2003): Manual de Terapia Asistida por Animales. Fundación Affinity.
Levinson, B.M (2.006): Psicoterapia Infantil Asistida por Animales. Fundación Affinity.
Ruckert, J. (2.007): Terapia a cuatro patas. 2ª Edición. Fundación Affinity.
Rodrigo, M. & Signes, M. A. (Agosto, 2009) en: “Animales de Compañía y Niños: Una Relación Educativa y
Terapéutica” (www.ataaasafor.es). Consultado el 05/09/09.
Miguel Ángel Signes Llopis. Presidente de la Asociación de Terapias y Actividades
Asistidas con Animales de la Safor (www.ataaasafor.es). Experto en problemas de
comportamiento, modificación de conducta, Asesor y Terapeuta canino certificado por
AEPE en el Curso Máster de Etología Canina Avanzada. Trabaja en el Área de Etología
Clínica y de Terapias de la Asociación para el Estudio del Perro y su Entorno de la que es
socio (www.aepe.net). Curso de Etología Clínica y Bienestar Animal impartido en la UEX.
Técnico en Terapia Asistida con Animales por la Fundación Bocalán. Autor de varios
artículos científico-técnicos de Etología Clínica Canina y de Terapias Asistidas con
Animales. Colaborador del Portal de Veterinaria Argos del Grupo Asís
(http://argos.portalveterinaria.com/) y de la Revista “Especies”. Asociado de la Asociación
Española de Terapias Asistidas con Animales y Naturaleza (www.aetana.es).